Diagnóstico y tratamiento endocrino
Después de haber repasado los tipos de causas endocrinas implicadas en los abortos de repetición, la Dra. Sonia Lobo comenta en este apartado el tipo de pruebas para diagnosticarlas y los tratamientos disponibles para corregirlas. El diagnóstico y tratamiento endocrino.
¿Qué tipo de pruebas analíticas se pueden realizar para detectar estas alteraciones?
En el bloque de origen metabólico, es importante que a toda paciente que ha presentado un aborto de repetición se le haga una determinación de glucemia para descartar que no haya ninguna alteración del metabolismo de hidratos de carbono.
No se nos puede olvidar sobre todo en pacientes obesas; en ese caso habría que valorar si sale la glucemia alterada, valorar una sobrecarga oral de glucosa.
En pacientes diabéticas, aunque estén en un principio tratadas y con buena evolución, es muy importante tener una determinación de la hemoglobina glicada. Éste es un parámetro que nos permite valorar como ha sido la media de la glucemia en los dos últimos meses previos.
Por debajo de 6.5 se considera normal; por encima de 6.5% sería recomendable ajustar el tratamiento para que en el momento que se produjera la gestación estuviera dentro de los parámetros más adecuados.
Alteraciones tiroideas
Respecto a la determinación de alteraciones tiroideas, antes de buscar un siguiente embarazo o dentro del protocolo de abortos de repetición, habría que hacer una determinación de TSH (hormona de la tiroides).
La mayoría de sociedades científicas, la europea y la americana, determinan que, aunque sea sólo la TSH normal, se determine la presencia de anticuerpos antitiroideos, porque son un factor pronóstico independiente.
En el primer trimestre, si presenta anticuerpos antitiroideos, se recomienda añadir un tratamiento hormonal tiroidea durante el primer trimestre o durante toda la gestación.
En función del tipo de alteración endocrina, ¿qué tipo de tratamiento se establecería?
En el caso de alteraciones tiroideas, por supuesto es el tratamiento sustitutivo con la hormona tiroidea.
En caso de alteraciones de hidratos de carbono y de diabetes es un tratamiento con antidiabéticos orales, que están permitidos durante el tratamiento.
La dieta importantísima y el ejercicio lo primero, si no tratamiento oral. Y si ya estaba con insulina o no responde a las medidas sencillas, introducir durante el embarazo el tratamiento con insulina inyectada. Hay efectividad también con bomba de insulina en gestantes ya probada.
Respecto a la Vitamina D; ya que su déficit es endémico en la población en general, en abortadores de repetición. Aunque no ha demostrado que el suplemento mejore las tasas de aborto, sí que parece que disminuye la posibilidad de complicaciones en el embarazo. Por lo cual se debería suplementar en niveles normales para mejoras las posibilidades de preclamsia y complicaciones.
¿Hay algunos datos sobre tasas de éxito del embarazo una vez corregidas/controladas estas alteraciones?
Desde el punto de vista de la vitamina D no. Parece que lo que hay son ensayos pequeños, no aleatorizados y además no hay evidencia de que al corregirlo eso mejore. Pero como mejora la salud en general de la paciente y es inocuo, es un complemento alimenticio, se sigue prescribiendo.
Respecto a la diabetes Mellitus mal controlada, cuando se sabe que los resultados de los embarazos en las pacientes diabéticas, con mal control glucémico previo al embarazo, sin estudio preconcepcional y sin tratamiento, abortan con mucha mayor incidencia. Y si que, incluso en pacientes jóvenes que no tienen otro factor de riesgo, cuando se corrige el factor metabólico, se normaliza la posibilidad de aborto como en la población general.
Un 15% respecto a un 40% cuando la diabetes no está controlada. Siempre teniendo en cuenta que el factor genético sea óptimo.